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miércoles, 30 de mayo de 2012

EVANGELIO DE PENTECOSTÈS

 
Día litúrgico: Pentecostés (Misa del día) DOMINGO 27 de Mayo del 2012
Texto del Evangelio (Jn 20,19-23):
"Al atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos, las puertas del lugar donde se encontra...ban los discípulos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: «La paz con vosotros». Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: «La paz con vosotros. Como el Padre me envió, también yo os envío». Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos»..."
MEDITACIÓN:
Hoy, en el día de Pentecostés se realiza el cumplimiento de la promesa que Cristo había hecho a los Apóstoles. En la tarde del día de Pascua sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo» (Jn 20,22). La venida del Espíritu Santo el día de Pentecostés renueva y lleva a plenitud ese don de un modo solemne y con manifestaciones externas. Así culmina el misterio pascual.
El Espíritu que Jesús comunica crea en el discípulo una nueva condición humana y produce unidad. Cuando el orgullo del hombre le lleva a desafiar a Dios construyendo la torre de Babel, Dios confunde sus lenguas y no pueden entenderse. En Pentecostés sucede lo contrario: por gracia del Espíritu Santo, los Apóstoles son entendidos por gentes de las más diversas procedencias y lenguas.
El Espíritu Santo es el Maestro interior que guía al discípulo hacia la verdad, que le mueve a obrar el bien, que lo consuela en el dolor, que lo transforma interiormente, dándole una fuerza, una capacidad nuevas.
El primer día de Pentecostés de la era cristiana, los Apóstoles estaban reunidos en compañía de María, y estaban en oración. El recogimiento, la actitud orante es imprescindible para recibir el Espíritu. «De repente, un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno» (Hch 2,2-3).
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo, y se pusieron a predicar valientemente. Aquellos hombres atemorizados habían sido transformados en valientes predicadores que no temían la cárcel, ni la tortura, ni el martirio. No es extraño; la fuerza del Espíritu estaba en ellos.
El Espíritu Santo, Tercera Persona de la Santísima Trinidad, es el alma de mi alma, la vida de mi vida, el ser de mi ser; es mi santificador, el huésped de mi interior más profundo. Para llegar a la madurez en la vida de fe es preciso que la relación con Él sea cada vez más consciente, más personal. En esta celebración de Pentecostés abramos las puertas de nuestro interior de par en par.
Mons. Josep Àngel SAIZ i Meneses Obispo de Terrassa (Barcelona, España)

MISA DE LA VIGILIA (Jn 7,37-39) «De su seno correrán ríos de agua viva»
Hoy contemplamos a Jesús en el último día de la fiesta de los Tabernáculos, cuando puesto en pie gritó: «Si alguno tiene sed, venga a mí, y beba el que crea en mí, como dice la Escritura: ‘De su seno correrán ríos de agua viva’» (Jn 7,37-38). Se refería al Espíritu.
La venida del Espíritu es una teofanía en la que el viento y el fuego nos recuerdan la trascendencia de Dios. Tras recibir al Espíritu, los discípulos hablan sin miedo. En la Eucaristía de la vigilia vemos al Espíritu como un “río interior de agua viva”, como lo fue en el seno de Jesús; y a la vez descubrimos que también, en la Iglesia, es el Espíritu quien infunde la vida verdadera. Habitualmente nos referimos al papel del Espíritu en un nivel individual, en cambio hoy la palabra de Dios remarca su acción en la comunidad cristiana: «El Espíritu que iban a recibir los que creyeran en Él» (Jn 7,39). El Espíritu constituye la unidad firme y sólida que transforma la comunidad en un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. Por otra parte, él mismo es el origen de la diversidad de dones y carismas que nos diferencian a todos y a cada uno de nosotros.
La unidad es signo claro de la presencia del Espíritu en nuestras comunidades. Lo más importante de la Iglesia es invisible, y es precisamente la presencia del Espíritu que la vivifica. Cuando miramos la Iglesia únicamente con ojos humanos, sin hacerla objeto de fe, erramos, porque dejamos de percibir en ella la fuerza del Espíritu. En la normal tensión entre unidad y diversidad, entre iglesia universal y local, entre comunión sobrenatural y comunidad de hermanos necesitamos saborear la presencia del Reino de Dios en su Iglesia peregrina. En la oración colecta de la celebración eucarística de la vigilia pedimos a Dios que «los pueblos divididos (...) se congreguen por medio de tu Espíritu y, reunidos, confiesen tu nombre en la diversidad de sus lenguas».
Ahora debemos pedir a Dios saber descubrir el Espíritu como alma de nuestra alma y alma de la Iglesia.
Rev. D. Joan MARTÍNEZ Porcel (Barcelona, España)

VENIDA DEL ESPIRITU SANTO

 
VENIDA DEL ESPIRITU SANTO
PENTECOSTÉS:
ORIGEN DE LA FIESTA:
Los judíos celebraban una fiesta para dar gracias por las cosechas, 50 días después de la pascua. De ahí viene el nombre de Pentecostés. Luego, el sentido de la celebración cambió ...por el dar gracias por la Ley entregada a Moisés.
En esta fiesta recordaban el día en que Moisés subió al Monte Sinaí y recibió las tablas de la Ley y le enseñó al pueblo de Israel lo que Dios quería de ellos. Celebraban así, la alianza del Antiguo Testamento que el pueblo estableció con Dios: ellos se comprometieron a vivir según sus mandamientos y Dios se comprometió a estar con ellos siempre.
La gente venía de muchos lugares al Templo de Jerusalén, a celebrar la fiesta de Pentecostés.
En el marco de esta fiesta judía es donde surge nuestra fiesta cristiana de Pentecostés.
LA PROMESA DEL ESPÍRITU SANTO:
Durante la Última Cena, Jesús les promete a sus apóstoles: “Mi Padre os dará otro Abogado, que estará con vosotros para siempre: el espíritu de Verdad”(San Juan 14, 16-17).
Más adelante les dice: “Les he dicho estas cosas mientras estoy con ustedes; pero el Abogado, El Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, ése les enseñará todo y traerá a la memoria todo lo que yo les he dicho.” (San Juan 14, 25-26).
Al terminar la cena, les vuelve a hacer la misma promesa: “Les conviene que yo me vaya, pues al irme vendrá el Abogado,... muchas cosas tengo todavía que decirles, pero no se las diré ahora. Cuando venga Aquél, el Espíritu de Verdad, os guiará hasta la verdad completa,... y os comunicará las cosas que están por venir” (San Juan 16, 7-14).
En el calendario del Año Litúrgico, después de la fiesta de la Ascensión, a los cincuenta días de la Resurrección de Jesús, celebramos la fiesta de Pentecostés.
EXPLICACIÓN DE LA FIESTA:
Después de la Ascensión de Jesús, se encontraban reunidos los apóstoles con la Madre de Jesús. Era el día de la fiesta de Pentecostés. Tenían miedo de salir a predicar. Repentinamente, se escuchó un fuerte viento y pequeñas lenguas de fuego se posaron sobre cada uno de ellos.
"Quedaron llenos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas desconocidas..."
En esos días, había muchos extranjeros y visitantes en Jerusalén, que venían de todas partes del mundo a celebrar la fiesta de Pentecostés judía. Cada uno oía hablar a los apóstoles en su propio idioma y entendían a la perfección lo que ellos hablaban.
Todos ellos, desde ese día, ya no tuvieron miedo y salieron a predicar a todo el mundo las enseñanzas de Jesús. El Espíritu Santo les dio fuerzas para la gran misión que tenían que cumplir: Llevar la palabra de Jesús a todas las naciones, y bautizar a todos los hombres en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Es este día cuando comenzó a existir la Iglesia como tal.
¿QUIÉN ES EL ESPÍRITU SANTO?
El Espíritu Santo es Dios, es la Tercera Persona de la Santísima Trinidad. La Iglesia nos enseña que el Espíritu Santo es el amor que existe entre el Padre y el Hijo. Este amor es tan grande y tan perfecto que forma una tercera persona. El Espíritu Santo llena nuestras almas en el Bautismo y después, de manera perfecta, en la Confirmación. Con el amor divino de Dios dentro de nosotros, somos capaces de amar a Dios y al prójimo. El Espíritu Santo nos ayuda a cumplir nuestro compromiso de vida con Jesús.
SEÑALES DEL ESPÍRITU SANTO:
El viento, el fuego, la paloma.
Estos símbolos nos revelan los poderes que el Espíritu Santo nos da: El viento es una fuerza invisible pero real. Así es el Espíritu Santo. El fuego es un elemento que limpia. Por ejemplo, se prende fuego al terreno para quitarle las malas hierbas y poder sembrar buenas semillas. En los laboratorios médicos para purificar a los instrumentos se les prende fuego.
El Espíritu Santo es una fuerza invisible y poderosa que habita en nosotros y nos purifica de nuestro egoísmo para dejar paso al amor.
NOMBRES DEL ESPÍRITU SANTO:
El Espíritu Santo ha recibido varios nombres a lo largo del nuevo Testamento: el Espíritu de verdad, el Abogado, el Paráclito, el Consolador, el Santificador.
MISIÓN DEL ESPÍRITU SANTO:
1. El Espíritu Santo es santificador: Para que el Espíritu Santo logre cumplir con su función, necesitamos entregarnos totalmente a Él y dejarnos conducir dócilmente por sus inspiraciones para que pueda perfeccionarnos y crecer todos los días en la santidad.
2. El Espíritu Santo mora en nosotros: En San Juan 14, 16, encontramos la siguiente frase: “Yo rogaré al Padre y les dará otro abogado que estará con ustedes para siempre”. También, en I Corintios 3. 16 dice: “¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu Santo habita en ustedes?”. Es por esta razón que debemos respetar nuestro cuerpo y nuestra alma. Está en nosotros para obrar porque es “dador de vida” y es el amor. Esta aceptación está condicionada a nuestra aceptación y libre colaboración. Si nos entregamos a su acción amorosa y santificadora, hará maravillas en nosotros.
3. El Espíritu Santo ora en nosotros: Necesitamos de un gran silencio interior y de una profunda pobreza espiritual para pedir que ore en nosotros el Espíritu Santo. Dejar que Dios ore en nosotros siendo dóciles al Espíritu. Dios interviene para bien de los que le aman.
4. El Espíritu Santo nos lleva a la verdad plena, nos fortalece para que podamos ser testigos del Señor, nos muestra la maravillosa riqueza del mensaje cristiano, nos llena de amor, de paz, de gozo, de fe y de creciente esperanza.
El Espíritu Santo y la Iglesia:
Desde la fundación de la Iglesia el día de Pentecostés, el Espíritu Santo es quien la construye, anima y santifica, le da vida y unidad y la enriquece con sus dones.
El Espíritu Santo sigue trabajando en la Iglesia de muchas maneras distintas, inspirando, motivando e impulsando a los cristianos, en forma individual o como Iglesia entera, al proclamar la Buena Nueva de Jesús.
Por ejemplo, puede inspirar al Papa a dar un mensaje importante a la humanidad; inspirar al obispo de una diócesis para promover un apostolado; etc.
El Espíritu Santo asiste especialmente al representante de Cristo en la Tierra, el Papa, para que guíe rectamente a la Iglesia y cumpla su labor de pastor del rebaño de Jesucristo.
El Espíritu Santo construye, santifica y da vida y unidad a la Iglesia.
El Espíritu Santo tiene el poder de animarnos y santificarnos y lograr en nosotros actos que, por nosotros, no realizaríamos. Esto lo hace a través de sus siete dones...

EL SENTIDO DE PENTECOSTÉS

 
EL SENTIDO DE PENTECOSTÉS:

Hechos 2, 1-11;
1 Corintios 12, 3b-7.12-13;
Juan 20, 19-23
El sentido de Pentecostés se contiene en la frase de los Hechos de los Apóstoles: «Quedaron todos llenos del Espíritu Santo».¿Qué quiere decir que «que...daron llenos del Espíritu Santo» y qué experimentaron en aquel momento los apóstoles? Tuvieron una experiencia arrolladora del amor de Dios, se sintieron inundados de amor, como por un océano. Lo asegura San Pablo cuando dice que «el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado» (Rm 5, 5). Todos los que han tenido una experiencia fuerte del Espíritu Santo están de acuerdo en confirmar esto. El primer efecto que el Espíritu Santo produce cuando llega a una persona es hacer que se sienta amada por Dios por un amor tiernísimo, infinito.
El fenómeno de las lenguas es la señal de que algo nuevo ha ocurrido en el mundo. Lo sorprendente es que este hablar en «lenguas nuevas y diversas», en vez de generar confusión, crea al contrario un admirable entendimiento y unidad. Con ello la Escritura ha querido mostrar el contraste entre Babel y Pentecostés. En Babel todos hablan la misma lengua y en cierto momento nadie entiende ya al otro, nace la confusión de las lenguas; en Pentecostés cada uno habla una lengua distinta y todos se entienden.
¿Cómo es esto? Para descubrirlo basta con observar de qué hablan los constructores de Babel y de qué hablan los apóstoles en Pentecostés. Los primeros se dicen entre sí: «Vamos a edificarnos una ciudad y una torre con la cúspide en el cielo, y hagámonos famosos, para no desperdigarnos por toda la faz de la tierra» (Gn 11, 4). Estos hombres están animados por una voluntad de poder, quieren «hacerse famosos», buscan su gloria. En Pentecostés los apóstoles proclaman en cambio «las grandes obras de Dios». No piensan en hacerse un nombre, sino en hacérselo a Dios; no buscan su afirmación personal, sino la de Dios. Por ello todos les comprenden. Dios ha vuelto a estar en el centro; la voluntad de poder se ha sustituido con la voluntad de servicio, la ley del egoísmo con la del amor.
En ello se contiene un mensaje de vital importancia para el mundo de hoy. Vivimos en la era de las comunicaciones de masa. Los llamados «Medios de comunicación» son los grandes protagonistas del momento. Todo esto marca un progreso grandioso, pero implica también un riesgo. ¿De qué comunicación se trata de hecho? Una comunicación exclusivamente horizontal, superficial, frecuentemente manipulada y venal, o sea, usada para hacer dinero. Lo opuesto, en resumen, a una información creativa, de manantial, que introduce en el ciclo contenidos cualitativamente nuevos y ayuda a cavar en profundidad en nosotros mismos y en los acontecimientos. La comunicación se convierte en un intercambio de pobreza, de ansias, de inseguridades y de gritos de ayuda desatendidos. Es hablar entre sordos. Cuanto más crece la comunicación, más se experimenta la incomunicación.
Redescubrir el sentido del Pentecostés cristiano es lo único que puede salvar nuestra sociedad moderna de precipitarse cada vez más en un Babel de lenguas. En efecto, el Espíritu Santo introduce en la comunicación humana la forma y la ley de la comunicación divina, que es la piedad y el amor. ¿Por qué Dios se comunica con los hombres, se entretiene y habla con ellos, a lo largo de toda la historia de la salvación? Sólo por amor, porque el bien es por su naturaleza «comunicativo». En la medida en que es acogido, el Espíritu Santo sana las aguas contaminadas de la comunicación humana, hace de ella un instrumento de enriquecimiento, de posibilidad de compartir y de solidaridad...

Cada iniciativa nuestra: civil o religiosa, privada o pública, se encuentra ante una elección: Puede ser Babel o Pentecostés: Es Babel si está dictada por egoísmo y voluntad de atropello; Es Pentecostés si está dictada por amor y respeto de la libertad de los demás

sábado, 26 de mayo de 2012

Sábado VII de Pascua, 26 de Mayo del 2012 "Dejémos guiar por el Espíritu Santo, que nos ayuda a descubrir esta presencia..."


Día litúrgico: Sábado VII de Pascua, 26 de Mayo del 2012
Texto del Evangelio (Jn 21,20-25):
"En aquel tiempo, volviéndose Pedro vio que le seguía aquel discípulo a quién Jesús amaba, que además durante la cena se había recostado en su pecho y le había dicho: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?». Viéndole Pedro, dice a Jesús: «Señor, y éste, ¿qué?». Jesús le respondió: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿qué te importa? Tú, sígueme». Corrió, pues, entre los he...rmanos la voz de que este discípulo no moriría. Pero Jesús no había dicho a Pedro: «No morirá», sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga».
Éste es el discípulo que da testimonio de estas cosas y que las ha escrito, y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran..."
MEDITACIÓN:
"Hoy leemos el final del Evangelio de San Juan. Se trata propiamente del final del apéndice que la comunidad joánica añadió al texto original. En este caso es un fragmento voluntariamente significativo. El Señor Resucitado se aparece a sus discípulos y los renueva en su seguimiento, particularmente a Pedro. Acto seguido se sitúa el texto que hoy proclamamos en la liturgia.
La figura del discípulo amado es central en este fragmento y aun en todo el Evangelio de san Juan. Puede referirse a una persona concreta —el discípulo Juan— o bien puede ser la figura tras la cual puede situarse todo discípulo amado por el Maestro. Sea cual sea su significación, el texto ayuda a dar un elemento de continuidad a la experiencia de los Apóstoles. El Señor Resucitado asegura su presencia en aquellos que quieran ser seguidores.
«Si quiero que se quede hasta que yo venga» (Jn 21,22) puede indicar más esta continuidad que un elemento cronológico en el espacio y el tiempo. El discípulo amado se convierte en testigo de todo ello en la medida en que es consciente de que el Señor permanece con él en toda ocasión. Ésta es la razón por la que puede escribir y su palabra es verdadera, porque glosa con su pluma la experiencia continuada de aquellos que viven su misión en medio del mundo, experimentando la presencia de Jesucristo. Cada uno de nosotros puede ser el discípulo amado en la medida en que nos dejemos guiar por el Espíritu Santo, que nos ayuda a descubrir esta presencia.
Este texto nos prepara ya para celebrar mañana domingo la Solemnidad de Pentecostés, el Don del Espíritu: «Y el Paráclito vino del cielo: el custodio y santificador de la Iglesia, el administrador de las almas, el piloto de quienes naufragan, el faro de los errantes, el árbitro de quienes luchan y quien corona a los vencedores» (San Cirilo de Jerusalén)..."

¿Quién eres Tú, Soberana? ¿Quién eres Tú, Inmaculada?


¿Quién eres Tú, Soberana? ¿Quién eres Tú, Inmaculada?
No logro profundizar lo que significa ser criatura de Dios.
Inmaculada... vengo a Ti con una humilde oración: Déjame alabarte, Virgen santísima... Cómo comp...render y expresar lo que para Ti y en Ti Dios ha previsto.
Inmaculada, Reina del cielo y de la tierra, sé que no soy digno de acercarme a Ti, de caer de rodillas e inclinarme ante Ti, pero como Te amo tanto, me permito pedirte, a Ti que eres tan buena, que me digas quién eres, pues deseo conocerte cada vez más y amarte cada día con mayor fervor.
Déjame alabarte, Virgen santísima...
Permíteme glorificarte con mi sacrificio.
Acuérdame vivir, trabajar, sufrir, consumirme y morir por Ti!

Oración a la Inmaculada del P. Maximiliano Kolbe
Citada en la Revista del Rosario, febrero 1973.

Viernes VII de Pascua, 25 de Mayo del 2012 "«Sígueme»..."

 
Día litúrgico: Viernes VII de Pascua, 25 de Mayo del 2012
Texto del Evangelio (Jn 21,15-19):
"Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos y comiendo con ellos, dice Jesús a Simón Pedro: «Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?» Le dice él: ...«Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis corderos». Vuelve a decirle por segunda vez: «Simón de Juan, ¿me amas?». Le dice él: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas».
Le dice por tercera vez: «Simón de Juan, ¿me quieres?». Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: «¿Me quieres?» y le dijo: «Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero». Le dice Jesús: «Apacienta mis ovejas. En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te ceñías, e ibas a donde querías; pero cuando llegues a viejo, extenderás tus manos y otro te ceñirá y te llevará a donde tú no quieras». Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme»..."
MEDITACIÓN:
Hoy hemos de agradecer a san Juan que nos deje constancia de la íntima conversación entre Jesús y Pedro: «‘Simón de Juan, ¿me amas más que éstos?’ Le dice él: ‘Sí, Señor, tú sabes que te quiero’. Le dice Jesús: ‘Apacienta mis corderos’» (Jn 21,15). —Desde los más pequeños, recién nacidos a la Vida de la Gracia... has de tener cuidado, como si fueras Yo mismo... Cuando por segunda vez... «le dice Jesús: ‘Apacienta mis ovejas’», Él le está diciendo a Simón Pedro: —A todos los que me sigan, tú los has de presidir en mi Amor, debes procurar que tengan la caridad ordenada. Así, todos conocerán por ti que me siguen a Mí; que mi voluntad es que pases por delante siempre, administrando los méritos que —para cada uno— Yo he ganado.
«Se entristeció Pedro de que le preguntase por tercera vez: ‘¿Me quieres?’ y le dijo: ‘Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero’» (Jn 21,17). Le hace rectificar su triple negación y, solamente recordarla, le entristece. —Te amo totalmente, aunque te he negado..., ya sabes cómo he llorado mi traición, ya sabes cómo he encontrado consuelo solamente estando con tu Madre y con los hermanos.
Encontramos consuelo al recordar que el Señor estableció el poder de borrar el pecado que separa, mucho o poco, de su Amor y del amor a los hermanos. —Encuentro consuelo al admitir la verdad de mi alejamiento respecto de Ti y al sentir de tus labios sacerdotales el «Yo te absuelvo» “a modo de juicio”.
Encontramos consuelo en este poder de las llaves que Jesucristo otorga a todos sus sacerdotes-ministros, para volver a abrir las puertas de su amistad. —Señor, veo que un desamor se arregla con un acto de amor inmenso. Todo ello, nos conduce a valorar la joya inmensa del sacramento del perdón para confesar nuestros pecados, que realmente son “des-amor”.
Rev. D. Joaquim MONRÓS i Guitart (Tarragona, España)

martes, 22 de mayo de 2012

"LLORÓ POR LOS PECADORES..."


LLORÓ POR LOS PECADORES:
El 19 de mayo de 1853, en Cerreto, Italia, (Toscana, diócesis de Pitigliano), en el lugar llamado « la casetta », Verónica Nucci, una pastora de unos doce años, guardaba su rebaño junto con Juan Bautista, su hermano de siete años, cuando vio frente a ella a una «Bellísima Señora arrodillada, llevaba un vestido blanco con florecillas rojas y un cinturón negro, un manto azul celeste con manchas rojas y en la cabeza una corona dorada que terminaba en una... cruz». «Verónica, ven acércate, no te vas a mojar, arrodíllate aquí», la escuchó decirle, y agregar: «Recemos el Credo a mi Hijo (...) Recemos la Protesta (oración de preparación a la muerte).»
Y para terminar: «Ayúdame a llorar.» - ¿Por qué lloras?, le pregunta Verónica. -Lloro por los pecadores. ¿Ves cómo llueve? Los pecadores son más numerosos que las gotas de la lluvia. Mi Hijo tiene las manos y los pies clavados, las Cinco Llagas abiertas. Si los pecadores no se convierten, mi Hijo tendrá que permitir el fin del mundo. ¿Y tú te contentarías con vivir tres o cuatro meses más, o quieres llegar al fin del mundo? - ¡Yo prefiero morir!» La Señora le pide rezar: «Cada día siete Padrenuestros, Avemarías y Glorias por la Sangre derramada, cinco Padrenuestros, Avemarías y Glorias por las Cinco llagas, y siete Padrenuestros, Avemarías y Glorias por mí que me llamo MARÍA DOLOROSA.»
Verónica escucha a la Santa Virgen decirle: «Y ahora, vete a la cabaña, si no te vas a mojar. Recuerda lo que te dije, y dile a tu madre que se lo repita a cuantos encuentre y que yo me llamo María Dolorosa.» Verónica vuelve a la cabaña y constata que sus vestidos están completamente secos, a pesar de la fuerte lluvia, y le repite a su madre el mensaje de la señora. Las dos van donde el párroco de San Nicolás de Bari, en Sorano. Días después, mientras reza las oraciones solicitadas por la Virgen, Verónica escucha una voz: « Verónica ve con tu madre donde el obispo y dile que construya una capilla.- ¡Pero él no me creerá nunca! - Ve y verás que sí te creerá. »
Verónica y su madre fueron acogidas por Monseñor Barsellotti, obispo de Pitigliano, que consideró el relato de la niña digno de interés. El 20 de julio de 1853, informó a Pío IX. El 13 de agosto siguiente, el papa le pide que inicie una encuesta y haga construir una capilla si las conclusiones son positivas. Monseñor Barzellotti cae enfermo y muere en 1861. Es el obispo de la diócesis de Acquapendente (?1877) quien llevará a cabo la encuesta. Verónica hace luego sus votos de terciaria franciscana. Muchas curaciones se dieron, entre ellas las de la madre de Verónica que tenía un tumor en el vientre.
El de 8 septiembre de 1864, se abre a los fieles una iglesia en el lugar de la aparición, que luego llega a ser la iglesia parroquial. Las circunstancias retardan el juicio de las autoridades eclesiásticas. Será sólo el 25 de marzo de 1978 que Monseñor de Ascenzi, obispo de Sovana-Pitigliano, publica el decreto que eleva el santuario de Cerreto al rango de santuario diocesiano.
Diccionario de las Apariciones del Padre Laurentin
Ediciones Fayard, 2007.
Eterna gratitud al Dr. Huber Bech por esta bella aportación.

Miércoles VII de Pascua, 23 de Mayo del 2012 "Padre Santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros..."

 
Día litúrgico: Miércoles VII de Pascua, 23 de Mayo del 2012
Texto del Evangelio (Jn 17,11b-19):
"En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre Santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura.
»Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mu...ndo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada. Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo. No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad. Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad»..."
MEDITACIÓN:
Hoy vivimos en un mundo que no sabe cómo ser verdaderamente feliz con la felicidad de Jesús, un mundo que busca la felicidad de Jesús en todos los lugares equivocados y de la forma más equivocada posible. Buscar la felicidad sin Jesús sólo puede conducir a una infelicidad aún más profunda. Fijémonos en las telenovelas, en las que siempre se trata de alguien con problemas. Estas series de la TV nos muestran las miserias de una vida sin Dios.
Pero nosotros queremos vivir el día de hoy con la alegría de Jesús. Él ruega a su Padre en el Evangelio de hoy «y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada» (Jn 17,13). Notemos que Jesús quiere que en nosotros su alegría sea completa. Desea que nos colmemos de su alegría. Lo que no significa que no tengamos nuestra cruz, ya que «el mundo los ha odiado, porque no son del mundo» (Jn 17,14), pero Jesús espera de nosotros que vivamos con su alegría sin importar lo que el mundo pueda pensar de nosotros. La alegría de Jesús nos debe impregnar hasta lo más íntimo de nuestro ser, evitando que el estruendo superficial de un mundo sin Dios pueda penetrarnos.
Vivamos pues, hoy, con la alegría de Jesús. ¿Cómo podemos conseguir más y más de esta alegría del Señor Jesús? Obviamente, del propio Jesús. Jesucristo es el único que puede darnos la verdadera felicidad que falta en el mundo, como lo testimonian esas citadas series televisivas. Jesús dijo, «si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis» (Jn 15,7). Dediquemos cada día, por tanto, un poco de nuestro tiempo a la oración con las palabras de Dios en las Escrituras; alimentémonos y consumamos las palabras de Jesús en la Sagrada Escritura; dejemos que sean nuestro alimento, para saciarnos con la su alegría: «Al inicio del ser cristiano no hay una decisión ética o una gran idea, sino el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da a la vida un nuevo horizonte a la vida» (Benedicto XVI)...
Fr. Thomas LANE (Emmitsburg, Maryland, Estados Unidos)

Martes VII de Pascua, 22 de Mayo del 2012 "Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos..."

 
Día litúrgico: Martes VII de Pascua, 22 de Mayo del 2012
Texto del Evangelio (Jn 17,1-11a):
"En aquel tiempo, Jesús, alzando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora; glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique a ti. Y que según el poder que le has dado sobre toda carne, dé también vida eterna a todos los que tú le has dado. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste realizar.
»Ahora, Padre, glorifícame tú, junto a ti, con la gloria que tenía a tu lado antes que el mundo fuese. He manifestado tu Nombre a los hombres que tú me has dado tomándolos del mundo. Tuyos eran y tú me los has dado; y han guardado tu Palabra. Ahora ya saben que todo lo que me has dado viene de ti; porque las palabras que tú me diste se las he dado a ellos, y ellos las han aceptado y han reconocido verdaderamente que vengo de ti, y han creído que tú me has enviado.
»Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos; y todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío; y yo he sido glorificado en ellos. Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti»..."
MEDITACIÓN:
Hoy, el Evangelio de San Juan —que hace días estamos leyendo— comienza hablándonos de la “hora”: «Padre, ha llegado la hora» (Jn 17,1). El momento culminante, la glorificación de todas las cosas, la donación máxima de Cristo que se entrega por todos... “La hora” es todavía una realidad escondida a los hombres; se revelará a medida que la trama de la vida de Jesús nos abre la perspectiva de la cruz.
¿Ha llegado la hora? ¿La hora de qué? Pues ha llegado la hora en que los hombres conocemos el nombre de Dios, o sea, su acción, la manera de dirigirse a la Humanidad, la manera de hablarnos en el Hijo, en Cristo que ama.
Los hombres y las mujeres de hoy, conociendo a Dios por Jesús («las palabras que tú me diste se las he dado a ellos»: Jn 17,8), llegamos a ser testigos de la vida, de la vida divina que se desarrolla en nosotros por el sacramento bautismal. En Él vivimos, nos movemos y somos; en Él encontramos palabras que alimentan y que nos hacen crecer; en Él descubrimos qué quiere Dios de nosotros: la plenitud, la realización humana, una existencia que no vive de vanagloria personal sino de una actitud existencial que se apoya en Dios mismo y en su gloria. Como nos recuerda san Ireneo, «la gloria de Dios es que el hombre viva». ¡Alabemos a Dios y su gloria para que la persona humana llegue a su plenitud!
Estamos marcados por el Evangelio de Jesucristo; trabajamos para la gloria de Dios, tarea que se traduce en un mayor servicio a la vida de los hombres y mujeres de hoy. Esto quiere decir: trabajar por la verdadera comunicación humana, la felicidad verdadera de la persona, fomentar el gozo de los tristes, ejercer la compasión con los débiles... En definitiva: abiertos a la Vida (en mayúscula).
Por el espíritu, Dios trabaja en el interior de cada ser humano y habita en lo más profundo de la persona y no deja de estimular a todos a vivir de los valores del Evangelio. La Buena Nueva es expresión de la felicidad liberadora que Él quiere darnos...
Rev. D. Pere OLIVA i March (Sant Feliu de Torelló, Barcelona, España)

domingo, 20 de mayo de 2012

"Vuestra protección va más allá de nuestro entendimiento..."

 
Vuestra protección va más allá de nuestro entendimiento:
"¿Quién, después de Tu Hijo, se interesa como Tú en el género humano? ¿Quién nos defiende sin cesar en nuestras tribulaciones? ¿Quién nos libra tan pronto de las tentaciones que nos acosan? ¿Quién toma nuestra defensa para disculparlas en los casos desesperados? En virtud de la franqueza y de la fuerza que Tu maternidad te ha concedido ante Tu Hijo, aunque seamos condenados por nuestros crímenes y que no nos atrevamos m...ás a mirar hacia el cielo, Tú por medio de tus súplicas e intercesión nos salvas del suplicio eterno. Por eso el afligido en Ti se refugia, el que padece la injusticia a Ti recurre, el que está dentro del mal invoca tu asistencia. Todo lo que viene de Ti, Madre de Dios, es maravilloso, todo es más grande que la naturaleza, todo supera nuestra razón y nuestras fuerzas. Tu protección va más allá de nuestro entendimiento...
¡Oh, INENTENDIBLE AMOR...!"
(San Germán de Constantinopla)
Eterna gratitud al Dr. Huber Bech por esta bellísima y conmovedora aportación...

Lunes VII de Pascua, 21 de Mayo del 2012 "Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo..."

 
Día litúrgico: Lunes VII de Pascua, 21 de Mayo del 2012
Texto del Evangelio (Jn 16,29-33):
"En aquel tiempo, los discípulos dijeron a Jesús: «Ahora sí que hablas claro, y no dices ninguna parábola. Sabemos ahora que lo sabes todo y no necesitas que nadie te pregunte. Por esto creemos que has salido de Dios». Jesús les respondió: «¿Ahora creéis? Mirad que llega la hora (y ha llegado ya) en que os dispersaréis cada uno por vuestro lado y me dejaréis solo. Pero no estoy solo, po...rque el Padre está conmigo. Os he dicho estas cosas para que tengáis paz en mí. En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: yo he vencido al mundo»..."
MEDITACIÓN:
Hoy podemos tener la sensación de que el mundo de la fe en Cristo se debilita. Hay muchas noticias que van en contra de la fortaleza que querríamos recibir de la vida fundamentada íntegramente en el Evangelio. Los valores del consumismo, del capitalismo, de la sensualidad y del materialismo están en boga y en contra de todo lo que suponga ponerse en sintonía con las exigencias evangélicas. No obstante, este conjunto de valores y de maneras de entender la vida no dan ni la plenitud personal ni la paz, sino que sólo traen más malestar e inquietud interior. ¿No será por esto que, hoy, las personas van por la calle enfurruñadas, cerradas y preocupadas por un futuro que no ven nada claro, precisamente porque se lo han hipotecado al precio de un coche, de un piso o de unas vacaciones que, de hecho, no se pueden permitir?
Las palabras de Jesús nos invitan a la confianza: «¡Ánimo!: yo he vencido al mundo» (Jn 16,33), es decir, por su Pasión, Muerte y Resurrección ha alcanzado la vida eterna, aquella que no tiene obstáculos, aquella que no tiene límite porque ha vencido todos los límites y ha superado todas las dificultades.
Los de Cristo vencemos las dificultades tal y como Él las ha vencido, a pesar de que en nuestra vida también hayamos de pasar por sucesivas muertes y resurrecciones, nunca deseadas pero sí asumidas por el mismo Misterio Pascual de Cristo. ¿Acaso no son “muertes” la pérdida de un amigo, la separación de la persona amada, el fracaso de un proyecto o las limitaciones que experimentamos a causa de nuestra fragilidad humana?
Pero «sobre todas estas cosas triunfamos por Aquel que nos amó» (Rom 8,37). Seamos testigos del amor de Dios, porque Él en nosotros «ha hecho (...) cosas grandes» (Lc 1,49) y nos ha dado su ayuda para superar toda dificultad, incluso la muerte, porque Cristo nos comunica su Espíritu Santo.
Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala (Sant Hipòlit de Voltregà, Barcelona, España)

sábado, 19 de mayo de 2012

Domingo 20 de Mayo del 2012 "Ascensión del Señor"


Día litúrgico: Ascensión del Señor (B), Domingo 20 de Mayo del 2012
Texto del Evangelio (Mc 16,15-20):
"En aquel tiempo, Jesús se apareció a los once y les dijo: «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: En mi nombre expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien».
Con esto, el Señor Jesús, después de hablarles, fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios. Ellos salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban..."
MEDITACIÓN:
En este bello mensaje de la Buena Nueva, una invitación a participar en el próximo: Domingo, 20 de mayo,
Día de la Ascención de Nuestro Señor Jesús a los cielos, según Sn. Marcos.
Jesús ha cumplido su misión. Debe retornar a su lugar de origen, al lado del Padre, para continuar viviendo en plena comunión con él y el Espíritu. Ahora comienza el tiempo de sus discípulos. (En aquel tiempo de la Ascensión, erán los discípulos que practicamente vivieron con EL, más de ahí en adelante hasta nuestros tiempos, nos incluye a todos nosotros los creyentes, los verdaderos seguidores ). Es la hora de la Iglesia como comunidad creyente. Igual que el Maestro, la comunidad de discípulos va a sufrir persecuciones, calumnias, injurias, cárceles y muerte.
Sin embargo, Jesús garantiza a sus discípulos que, si son fieles, el Espíritu Santo no los abandonará. El será la garantía para no desfallecer en el conflicto. El será el testigo fiel que los defenderá de todos los ataques. Hoy, muchos hermanos siguen sufriendo persecución y martirio por causa de su fe y coherencia de vida conforme al Evangelio. En forma paradojica, el Espíritu sigue suscitando mártires, como testigos idóneos de Jesús.
La defensa del Espíritu no consiste en que no se den el martirio y la persecución. La acción del Espíritu radica en comunicar luz y fuerza para ser fieles hasta el final. Haz memoria de algunos mártires del pasado o presente que han dado la vida por su compromiso con el Evangelio, y da gracias a Dios por su testimonio.
La Ascensión de Jesús no es un alejamiento o una despedida,sino el comienzo de un nuevo modo de la presencia de Jesús.
Dios es un amor que nunca se retira.
Su ausencia física abre un tiempo nuevo: el tiempo del testimonio.
El mensaje de Jesús es universal y mira a la humanidad entera.
Ya no hay un solo pueblo elegido, sino que es toda la humanidad la elegida y destinada a experimentar la salvación de Dios.
Somos enviados a anunciar la buena noticia, !!!, no a crear dudas o presagiar castigos.
Practicando el arte de acoger, de acariciar, de curar, de amparar.
Porque ternura, liberación y cobijo era lo que las personas sentían cuando se acercaban a Jesús. Lo mismo que hoy esperan encontrar en nosotros. Nosotros somos sus testigos en nuestro mundo.
Testimonio de vida, no sólo de palabra.
No hablar mucho, sino transparentar bien.
Digamos que Dios es amor, amando.
Digamos que Dios es misericordia, compadeciendo y perdonando.
Digamos que Dios es gozo, viviendo y contagiando la alegría.
Digamos que Dios es comunidad, compartiendo, uniendo, colaborando...
El testimonio y la misión es dar a conocer
no sólo el amor de Dios, sino que Dios es amor.
JESUS HA ASCENDIDO A LOS CIELOS
NUEVO COMIENZO
Los evangelistas describen con diferentes lenguajes la misión que Jesús confía a sus seguidores. Según Mateo, han de "hacer discípulos" que aprendan a vivir como él les ha enseñado. Según Lucas, han de ser "testigos" de lo que han vivido junto él. Marcos lo resume todo diciendo que han de "proclamar el Evangelio a toda la creación".
Quienes se acercan hoy a una comunidad cristiana no se encuentran directamente con el Evangelio. Lo que perciben es el funcionamiento de una religión envejecida, con graves signos de crisis. No pueden identificar con claridad en el interior de esa religión la Buena Noticia proveniente del impacto provocado por Jesús hace veinte siglos.
Por otra parte, muchos cristianos no conocen directamente el Evangelio. Todo lo que saben de Jesús y su mensaje es lo que pueden reconstruir de manera parcial y fragmentaria escuchando a catequistas y predicadores. Viven su religión privados del contacto personal con el Evangel¿Cómo podrán proclamarlo si no lo conocen en sus propias comunidades? El Concilio Vaticano II ha recordado algo demasiado olvidado en estos momentos: "El Evangelio es, en todos los tiempos, el principio de toda su vida para la Iglesia".
Ha llegado el momento de entender y configurar la comunidad cristiana
como un lugar donde lo primero es acoger el Evangelio de Jesús.
Nada puede regenerar el tejido en crisis de nuestras comunidades como la fuerza del Evangelio. Solo la experiencia directa e inmediata del Evangelio puede revitalizar a la Iglesia.
!!! Dentro de unos años, cuando la crisis nos obligue a centrarnos solo en lo esencial, veremos con claridad que nada es más importante hoy para los cristianos que reunirnos a leer, escuchar y compartir juntos los relatos evangélicos.!!
Lo primero es creer en la fuerza regeneradora del Evangelio. Los relatos evangélicos enseñan a vivir la fe, no por obligación sino por atracción. Hacen vivir la vida cristiana, no como deber sino como irradiación y contagio. Es posible introducir ya en las parroquias una dinámica nueva. Reunidos en pequeños grupos, en contacto con el Evangelio, iremos recuperando nuestra verdadera identidad de seguidores de Jesús!!! Hemos de volver al Evangelio como nuevo comienzo. Ya no sirve cualquier programa o estrategia pastoral. Dentro de unos años, escuchar juntos el Evangelio de Jesús no será una actividad más entre otras, sino la matriz desde la que comenzará la regeneración de la fe cristiana en las pequeñas comunidades dispersas en medio de una sociedad secularizada.!!
José Antonio Pagola (Bilbao - España)
 
ETERNA GRATITUD AL DR. Mario R.L. CARDIO'L DIA por esta valiosa aportación que viene a bendecir nuestras vidas.

Sábado VI de Pascua, 19 de mayo del 2012 "Lo que pidáis al Padre os lo dará en Mi nombre..."

 
Día litúrgico: Sábado VI de Pascua, 19 de mayo del 2012
Texto del Evangelio (Jn 16, 23-28):
"En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo: lo que pidáis al Padre os lo dará en mi nombre. Hasta ahora nada le habéis pedido en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado. Os he dicho todo esto en parábolas. Se acerca la hora en que ya no os hablaré en parábolas, sino que con toda claridad os hablaré acerca del Padre. Aquel día pediréis en mi nombre y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros, pues el Padre mismo os quiere, porque me queréis a mí y creéis que salí de Dios. Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre»..."
MEDITACIÓN:
Hoy, en vigilias de la fiesta de la Ascensión del Señor, el Evangelio nos deja unas palabras de despedida entrañables. Jesús nos hace participar de su misterio más preciado; Dios Padre es su origen y es, a la vez, su destino: «Salí del Padre y he venido al mundo. Ahora dejo otra vez el mundo y voy al Padre» (Jn 16,28).
No debiera dejar de resonar en nosotros esta gran verdad de la segunda Persona de la Santísima Trinidad: realmente, Jesús es el Hijo de Dios; el Padre divino es su origen y, al mismo tiempo, su destino.
Para aquellos que creen saberlo todo de Dios, pero dudan de la filiación divina de Jesús, el Evangelio de hoy tiene una cosa importante a recordar: “aquel” a quien los judíos denominan Dios es el que nos ha enviado a Jesús; es, por tanto, el Padre de los creyentes. Con esto se nos dice claramente que sólo puede conocerse a Dios de verdad si se acepta que este Dios es el Padre de Jesús.
Y esta filiación divina de Jesús nos recuerda otro aspecto fundamental para nuestra vida: los bautizados somos hijos de Dios en Cristo por el Espíritu Santo. Esto esconde un misterio bellísimo para nosotros: esta paternidad divina adoptiva de Dios hacia cada hombre se distingue de la adopción humana en que tiene un fundamento real en cada uno de nosotros, ya que supone un nuevo nacimiento. Por tanto, quien ha quedado introducido en la gran Familia divina ya no es un extraño.
Por esto, en el día de la Ascensión se nos recordará en la Oración Colecta de la Misa que todos los hijos hemos seguido los pasos del Hijo: «Concédenos, Dios todopoderoso, exultar de gozo y darte gracias en esta liturgia de alabanza, porque la Ascensión de Jesucristo, tu Hijo, es ya nuestra victoria, y donde nos ha precedido Él, que es nuestra cabeza, esperamos llegar también nosotros como miembros de su cuerpo». En fin, ningún cristiano debiera “descolgarse”, pues todo esto es más importante que participar en cualquier carrera o maratón, ya que la meta es el cielo, ¡Dios mismo!...
Rev. D. Xavier ROMERO i Galdeano (Cervera, Lleida, España)

viernes, 18 de mayo de 2012

ORACIONES A NUESTRA SANTÍSIMA MADRE: "ACORDÁOS"

 
ORACIONES A NUESTRA SANTÍSIMA MADRE: "ACORDÁOS"
"Acordaos, ¡Oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, Oh Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Oh madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén..."
Esta... oración, también conocida por su título en latín "Memorare", se atribuye San Bernardo de Claraval y es una de las mejores oraciones de confianza que podemos dirigir a nuestra Madre, la Virgen María. De él son estas palabras: "Que nuestra alma sedienta acuda a esta fuente, y que nuestra miseria recurra a este tesoro de compasión... Virgen bendita, que tu bondad haga conocer en adelante al mundo la gracia que tú has hallado junto a Dios: consigue con tus oraciones el perdón de los culpables, la salud de los enfermos, el consuelo de los afligidos, ayuda y libertad para los que están en peligro..."
(S. Bernardo, Hom. en la Asunción de la B. Virgen María, 1, 7-8).
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"SÓLO QUIERO SER UN FRAILE QUE REZA..." San Pio de Pietrelcina

 
"SÓLO QUIERO SER UN FRAILE QUE REZA..."
San Pio de Pietrelcina, entró en los Capuchinos con 15 años de edad.
Ordenado el 10 de agosto de 1910.
Asignado a San Giovanni Rotondo en 1916, vivió allí hasta su muerte.
Recibió los estigmas: 20 de septiembre, 1918. Los llevó por 50 años.
Entró en la Vida Eterna: 23 de septiembre, 1968.
Beatificado por el Papa Juan Pablo II el 2 de mayo de 1999. Canonizado por el Papa Juan Pablo II el 16 de junio del 2002.

"Solo quiero ser un fraile ...que reza...”
“Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración... La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón...”
Padre Pío
El Padre Pío es uno de los más grandes místicos de nuestro tiempo, amado en todo el mundo. Nos enseñó a vivir un amor radical al corazón de Jesús y a su Iglesia. Su vida era oración, sacrificio y pobreza. Alcanzó una profunda unión con Dios.

Famoso confesor.
El Padre Pío pasaba hasta 16 horas diarias en el confesionario. Algunos debían esperar dos semanas para lograr confesarse con él, porque el Señor les hacía ver por medio de este sencillo sacerdote la verdad del evangelio. Su vida se centraba en torno a la Eucaristía. Sus misas conmovían a los fieles por su profunda devoción. Poseía una ferviente devoción por la Virgen María.


DONES EXTRAORDINARIOS:
Discernimiento extraordinario: La capacidad de leer los corazones y las conciencias.
Profecía: Pudo anunciar eventos del futuro.
Curación: Curas milagrosas por el poder de la oración.
Bilocación: Estar en dos lugares al mismo tiempo.
Perfume: La sangre de sus estigmas tenía fragancia de flores.
Llegaban a verle multitud de peregrinos y además recibía muchas cartas pidiendo oración y consejo. Los médicos que observaron los estigmas del Padre Pío no pudieron hacer cicatrizar sus llagas ni dar explicación de ellas. Calcularon que perdía una copa de sangre diaria, pero sus llagas nunca se infectaron. El Padre Pío decía que eran un regalo de Dios y una oportunidad para luchar por ser más y más como Jesucristo Crucificado. Su beatificación fue la de mayor asistencia en la historia. La plaza de San Pedro y sus alrededores no pudieron contener la multitud que asistió a su beatificación. El Padre Pío es un poderoso intercesor. Los milagros se siguen multiplicando...

jueves, 17 de mayo de 2012

Viernes VI de Pascua, 18 de Mayo del 2012 "Volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar..."

Día litúrgico: Viernes VI de Pascua, 18 de Mayo del 2012
Texto del Evangelio (Jn 16,20-23a):
"En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo. La mujer, cuando va a dar a luz, está triste, porque le ha llegado su hora; pero cuando ha dado a luz al niño, ya no se acuerda del aprieto por el gozo de que ha nacido un hombre en el ...mundo. También vosotros estáis tristes ahora, pero volveré a veros y se alegrará vuestro corazón y vuestra alegría nadie os la podrá quitar. Aquel día no me preguntaréis nada»..."
MEDITACIÓN:
Hoy comenzamos el Decenario del Espíritu Santo. Reviviendo el Cenáculo, vemos a la Madre de Jesús, Madre del Buen Consejo, conversando con los Apóstoles. ¡Qué conversación tan cordial y llena! El repaso de todas las alegrías que habían tenido al lado del Maestro. Los días pascuales, la Ascensión y las promesas de Jesús. Los sufrimientos de los días de la Pasión se han tornado alegrías. ¡Qué ambiente tan bonito en el Cenáculo! Y el que se está preparando, como Jesús les ha dicho.
Nosotros sabemos que María, Reina de los Apóstoles, Esposa del Espíritu Santo, Madre de la Iglesia naciente, nos guía para recibir los dones y los frutos del Espíritu Santo. Los dones son como la vela de una embarcación cuando está desplegada y el viento —que representa la gracia— le va a favor: ¡qué rapidez y facilidad en el camino!
El Señor nos promete también en nuestra ruta convertir las fatigas en alegría: «Vuestra alegría nadie os la tomará» (Jn 16,23) y «vuestra alegría será completa» (Jn 16,24). Y en el Salmo 126,6: «Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus gavillas».
Durante toda esta semana, la Liturgia nos habla de rejuvenecer, de exultar (saltar de alegría), de la felicidad segura y eterna. Todo nos lleva a vivir de oración. Como nos dice san Josemaría: «Quiero que estés siempre contento, porque la alegría es parte integrante de tu camino. —Pide esa misma alegría sobrenatural para todos».
El ser humano necesita reír para la salud física y espiritual. El humor sano enseña a vivir. San Pablo nos dirá: «Sabemos que todas las cosas contribuyen al bien de los que aman a Dios» (Rom 8,28). ¡He aquí una buena jaculatoria!: «¡Todo es para bien!»; «Omnia in bonum!»...
Rev. D. Joaquim FONT i Gassol (Igualada, Barcelona, España)

miércoles, 16 de mayo de 2012

"Las bellezas del Bautismo: El Sacramento"

LAS BELLEZAS DEL BAUTISMO: EL SACRAMENTO
 
 

En este tiempo pascual, tiempo bautismal en sí mismo, dirigimos nuestra mirada a los tesoros bautismales que se entregan a los catecúmenos: la cruz, el credo, el agua, el aceite, la luz, la túnica...
Me propongo penetrar un poco, desde mi experiencia, como siempre, en la mistagogia del sacramento bautismal, el significado de los signos rituales tan bellos que lo acompañan. Ciertamente, a veces se nos escapan, no somos conscientes de esta belleza que acompañan a los ritos bautismales, antiguos y profundos con lo es la propia Iglesia.
Pero, antes que nada, ¿Qué es el Bautismo? Vemos con frecuencia que acuden a la parroquia personas, provistas de muy buena voluntad pero de poco sentido de lo que es el bautismo (no entro en la cantidad de fe que posean), y desean que sus hijos sean bautizados apoyados en ideas como “la tradición familiar”, “para que sea buena persona”, “porque mis padres lo hicieron”, etc.
Sin embargo, el Bautismo es nada menos que el fundamento de la vida cristiana, puesto que nos permite ser hijos de Dios, sacándonos del pecado y de la muerte. Y en eso se resume toda la espiritualidad cristiana. Dice la oración infantil, y ella lo explica todo: “Dios es mi Padre, ¡qué feliz soy!¡soy hijo suyo, hijo de Dios!”. Por él pasamos de ser criaturas de Dios a hijos suyos, por tanto hermanos de Cristo y templos del Espíritu Santo. La Trinidad entera, un solo Dios, habita dentro del bautizado. Por consiguiente, pasamos a ser miembros de la Iglesia y herederos de la Vida Eterna, a pertenecer a una verdadera familia. Somos “alguien”, tenemos dignidad de cristianos. Con una casa propia donde habitar, una herencia que nos pertenece, y unas relaciones filiales y fraternas para poder vivir.
Me parece estar escuchando aún a mi querido P. Alfonso, de feliz memoria, decir: “Mi madre me enseñó desde pequeño lo más importante que me podía enseñar, que Dios es mi Padre ¡Que soy hijo de Dios!”. ¿Me puedo creer de verdad esta maravilla? Eso es lo que se nos da en el Bautismo. Un nacer de nuevo. Una regeneración total, muriendo al hombre viejo, al pecado.
En el Bautismo se inicia también la vida en el Espíritu, y es la puerta para poder recibir los demás sacramentos.
Hoy, al bautizar a los niños a edad temprana, no se les puede impartir el catecumenado previamente. Intentamos salvar esta circunstancia con dos medidas: la catequesis pre-bautismal a padres y padrinos, donde se les explica bien durante unos días lo que se va a realizar, catequesis del todo necesaria y que no se debe omitir alegremente, y elcatecumenado post-bautismal de adultos, que la Iglesia recomienda vivamente, recibido en una parroquia o en un recorrido formativo dentro de alguna asociación de fieles, movimiento apostólico o verdadera comunidad eclesial.
Demos gracias a Dios en este tiempo pascual por nuestro propio bautismo, meditemos en él, descubrámoslo y vigilemos cada día, puesto que, como dice San Cesáreo, “el bautismo nos libró de todos los pecados, pero con la Gracia de Dios, debemos cumplir con todo lo bueno, para que no vuelva el espíritu inmundo y traiga consigo siete espíritus más malos que él…”
Pedro A. Mejías

Eterna gratitud al Dr. Huber Bech por tan valiosa aportaciòn.

Miércoles VI de Pascua. 16 de Mayo del 2012 "Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa..."

Día litúrgico: Miércoles VI de Pascua. 16 de Mayo del 2012
Texto del Evangelio (Jn 16,12-15):
"En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Mucho tengo todavía que deciros, pero ahora no podéis con ello. Cuando venga Él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa; pues no hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga, y os anunciará lo que ha de venir. Él me dará gloria, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros. Todo lo que tiene ...el Padre es mío. Por eso he dicho: Recibirá de lo mío y os lo anunciará a vosotros»..."
MEDITACIÒN:
"Hoy, Señor, una vez más, nos quieres abrir los ojos para que nos demos cuenta de que con demasiada frecuencia hacemos las cosas al revés. «El Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad completa» (Jn 16,13), aquello que el Padre ha dado a conocer al Hijo.
¡Es curioso!: Más que dejarnos guiar por el Espíritu (¡Qué gran desconocido en nuestras vidas!), lo que hacemos es, bien pasar de Él, bien “imponerle” las cosas una vez ya hemos tomado nuestras decisiones. Y lo que hoy se nos dice es más bien lo contrario: dejar que Él nos guíe.
Pienso, Señor, en voz alta... Vuelvo a leer el Evangelio de hoy y me vienen a la cabeza los chicos y chicas que recibirán la Confirmación este año. Veo los que me rodean y estoy tentado a pensar: —¡Qué verdes están! ¡A éstos, tu Espíritu no les va ni por delante ni por detrás; y más bien se dejan guiar por todo y por nada!
A quienes se nos considera adultos en la fe, haznos instrumentos eficaces de tu Espíritu para llegar a ser “contagiadores” de tu verdad; para intentar “guiar-acompañar”, ayudar a abrir los corazones y los oídos de quienes nos rodean.
«Mucho tengo todavía que deciros» (Jn 16,12). —¡No te retengas, Señor, en dirigirnos tu voz para revelarnos nuestras propias identidades! Que tu Espíritu de Verdad nos lleve a reconocer todo aquello de falso que pueda haber en nuestras vidas y nos haga valientes para enmendarlo. Que ponga luz en nuestros corazones para que reconozcamos, también, aquello que de auténtico hay dentro de nosotros y que ya participa de tu Verdad. Que reconociéndolo sepamos agradecerlo y vivirlo con alegría.
Espíritu de Verdad, abre nuestros corazones y nuestras vidas al Evangelio de Cristo: que sea ésta la luz que ilumine nuestra vida cotidiana. Espíritu Defensor, haznos fuertes para vivir la verdad de Cristo, dando testimonio a todos..."
Rev. D. Santi COLLELL i Aguirre (La Garriga, Barcelona, España)

martes, 15 de mayo de 2012

¡GRACIAS SEÑOR...!

GRACIAS SEÑOR...! Si yo me atreviera hacer una lista de todo lo que tengo que agradecer...¡Es tanto y es tan poco lo que te he dado a cambio! Pero hoy, mi amado Maestro, deseo expresarte con todo mi corazòn la gratitud que siento...:
Gracias, en primer lugar, porque Tù siempre ESTAS Y ERES, pase lo que pase...
Gracias, porque con amor, me has enseñado que nunca debo cuestionarte aùn la prueba sea dificil y la crea insostenible...Tù, amor mìo, estàs conmigo y me ayudas a solventarla...
Gracias, porque con infinito amor y ternura, me dejàste la màs dulce herencia que un ser humano puede aspirar: Una Màma Santa que me acompaña y proteje...Una Màma que me ayuda a seguirte y nunca apartarme de Tì, a pesar de mis rebeldìas, malos modos y cada debilidad...Allì està siempre Ella, serena, amorosa y tranquila, cubrièndome con Su Manto y demostràndome a cada instante Sus dulces cuidados de amorosa Madre: Mi Virgen Santìsima, Mi dulce Marìa...
Gracias, porque tengo una familia a quienes amo y que sè, me aman... Han perdonado y me han comprendido... Existen y eso me hace sentir viva...
Gracias, porque aùn puedo gozar a diario de la bendiciòn de mi mamà, mi alegrìa y gran amor, instrumento bendito tuyo para darme vida...
Gracias, Señor, porque ella se encargò de inculcarme valores y enseñarme que la vida no es lo que queremos sino lo que Tu nos mandas...
Gracias, porque a travès de mis años he aprendido a reconocer errores, fracasos, caìdas y, a pesar de esto, puedo decirte Gracias por cada una de ellas...
Gracias Señor, por el dolor humano, que refleja Tù propio dolor...Porque a traves de este dolor aprendì a amarte con todas las fuerzas de mi ser y a comprender el Sacrificio de amor en Tù Santa Cruz por cada uno de nosotros...
Gracias, mi buen Jesùs, por cada prueba, por cada reto, por las tristezas, y soledades en mi vida... Por las alegrìas y triunfos, por cada detalle y belleza que me rodea....
Gracias, gracias, amor mìo, por Tù infinito amor... Delicado, tierno y dulce amor... Amor tan ùnico y grande que a mi pequeñez, se me hace inentendible... ¡Mi gran amor de los amores!, Mi Maestro absoluto y claro...
Gracias, por enseñarme en esa forma que tienes Tù para que uno aprenda, tan sutìl, suave... Por Tù voz que arrulla y llama...Por enamorarme con cada llamado...
Gracias, por perdonarme tanta insolencia y enfrentamiento... ¡Quièn mejor que Tù, para conocer esta rebeldìa que a veces me aprisiona, estè caracter que tantas veces me cuesta controlar, estas debilidades que dificilmente acepto y que tantas veces me hacen caer....
Gracias Señor, Gracias, por amarme tanto y poder ver tu rostro en los momentos dificiles, sentir que mi cruz es suave, cargarme cuando ya no puedo, fortalecerme en cada intento...Gracias Señor, GRACIAS, Por tanto que agradecer y por estar viva, aùn, para decirte GRACIAS...
Gracias, amor mio...GRACIAS! Yo tambien te amo...¿Lo sabes, verdad?...Si, yo sè que lo sabes pero aùn me falta dar màs y enfrentar lo que tengas deparado... Aquì estoy para lo que Tù quieras... Yo siempre habrè de darte las Gracias!
Rileguz

lunes, 14 de mayo de 2012

Martes VI de Pascua, 15 de Mayo del 2012 "Os conviene que yo me vaya..."

 
Día litúrgico: Martes VI de Pascua, 15 de Mayo del 2012
Texto del Evangelio (Jn 16,5-11):
"En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Pero ahora me voy a Aquel que me ha enviado, y ninguno de vosotros me pregunta: ‘¿Adónde vas?’. Sino que por haberos dicho esto vuestros corazones se han llenado de tristeza. Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré: y cuando Él venga, ...convencerá al mundo en lo referente al pecado, en lo referente a la justicia y en lo referente al juicio; en lo referente al pecado, porque no creen en mí; en lo referente a la justicia porque me voy al Padre, y ya no me veréis; en lo referente al juicio, porque el Príncipe de este mundo está juzgado»..."
MEDITACIÓN:
Hoy el Evangelio nos ofrece una comprensión más profunda de la realidad de la Ascensión del Señor. En la lectura del Evangelio de Juan del Domingo de Pascua, Jesús le dice a María Magdalena que no se aferre a Él porque «aún no he subido a mi Padre» (Jn 20,17). En el Evangelio de hoy Jesús se da cuenta de que «Por haberos dicho esto, vuestros corazones se han llenado de tristeza» (Jn 16,6), por eso indica a sus discípulos que «os conviene que yo me vaya» (Jn 16,7). Jesús debe ascender al Padre. Sin embargo, todavía está entre nosotros.
¿Cómo puede irse y quedarse al mismo tiempo? Este misterio lo explicó el Papa Benedicto XVI: «Y, dado que Dios abraza y sostiene a todo el cosmos, la Ascensión del Señor significa que Cristo no se ha alejado de nosotros, sino que ahora, gracias al hecho de estar con el Padre, está cerca de cada uno de nosotros, para siempre».
Nuestra esperanza se halla en Jesucristo. Con su conquista sobre la muerte nos dio una vida que la muerte no podrá nunca destruir, su Vida. Su resurrección es la verificación de que lo espiritual es real. Nada puede separarnos del amor de Dios. Nada puede disminuir nuestra esperanza. Las negativas del mundo no pueden destruir lo positivo de Jesucristo.
El mundo imperfecto en el que vivimos, un mundo donde sufren los inocentes, puede conducirnos al pesimismo. Pero Jesucristo nos ha transformado en eternos optimistas.
La presencia viva del Señor en nuestra comunidad, en nuestras familias, en aquellos aspectos de nuestra sociedad que, con todo derecho, pueden ser llamados “cristianos”, nos confieren una razón para la esperanza. La Presencia Viva del Señor en cada uno de nosotros nos ha proporcionado alegría. No importa cuán grande sea el aluvión de noticias negativas que los medios disfrutan presentándonos; lo positivo del mundo supera con mucho a lo negativo, pues Jesús ha ascendido.
Él, en efecto, ha ascendido, pero no nos ha abandonado..."
 
(Fr. Joseph A. PELLEGRINO (Tarpon Springs, Florida, Estados Unidos)

"Contemplamos otra despedida de Jesús, necesaria para el establecimiento de su Reino. Incluye, sin embargo, una promesa: «Si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito; pero si me voy, os lo enviaré» (Jn 16,7).
Promesa hecha realidad de forma impetuosa en el día de Pentecostés, diez días después de la Ascensión de Jesús al cielo. Aquel día —además de sacar la tristeza del corazón de los Apóstoles y de los que estaban reunidos con María, la Madre de Jesús (cf. Hch 1,13-14)— los confirma y fortalece en la fe, de modo que, «todos se llenaron del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu Santo les impulsaba a expresarse» (Hch 2,4).
Hecho que se “hace presente” a lo largo de los siglos a través de la Iglesia, una, santa, católica y apostólica, ya que, por la acción del mismo Espíritu prometido, se anuncia a todos y en todas partes que Jesús de Nazaret —el Hijo de Dios, nacido de María Virgen, que fue crucificado, muerto y sepultado— verdaderamente resucitó, está sentado a la diestra de Dios Padre (cf. Credo) y vive entre nosotros. Su Espíritu está en nosotros por el Bautismo, constituyéndonos hijos en el Hijo, reafirmando su presencia en cada uno de nosotros el día de la Confirmación. Todo ello para llevar a término nuestra vocación a la santidad y reforzar la misión de llamar a otros a ser santos.
Así, gracias al querer del Padre, la redención del Hijo y la acción constante del Espíritu Santo, todos podemos responder con total fidelidad a la llamada, siendo santos; y, con una caridad apostólica audaz, sin exclusivismos, llevar a cabo la misión, proponiendo y ayudando a los otros a serlo.
Como los primeros —como los fieles de siempre— con María rogamos y, confiando que de nuevo vendrá el Defensor y que habrá un nuevo Pentecostés, digamos: «Ven, Espíritu Santo, llena el corazón de tus fieles y enciende en ellos la llama de tu amor» (Aleluya de Pentecostés)..."
(Rev. D. Lluís ROQUÉ i Roqué (Manresa, Barcelona, España)

domingo, 13 de mayo de 2012

"YO SOY DEL CIELO..." "Virgen de Fátima" (13 de Mayo)

"YO SOY DEL CIELO..."
Lucía misma describe la Primera Aparición de la Virgen, el Domingo 13 de mayo, de 1917:
"...«Estando jugando con Jacinta y Francisco en lo alto, junto a Cova de Iría, haciendo una pared de piedras alrededor de una mata de retamas, de repente vimos una luz como de un relámpago. -Está relampagueando- dije. Puede venir una tormenta. Es mejor que nos vayamos a casa. -¡Oh sí esta bien! contestaron mis primos. Comenzamos a bajar el cerro llevando las ovejas h...acia el camino.
Cuando íbamos por mitad de la pendiente, cerca de una encina, que aun existe, vimos otro relámpago, y habiendo dado algunos pasos más vimos sobre la encina una Señora vestida de blanco, mas brillante que el sol, esparciendo una luz más clara e intensa que un vaso de cristal lleno de agua pura atravesado por los rayos ardientes del sol. Estábamos tan cerca que quedamos dentro de la luz que Ella irradiaba.
Entonces la Señora nos dijo:-"No tengáis miedo. No os hago daño." -Yo le pregunte: ¿De dónde es usted? -"Soy del Cielo." -¿Qué es lo que usted desea? -"He venido para pediros que vengáis aquí seis meses seguidos el día 13 a esta misma hora. Después os diré quien soy y lo que quiero. Volveré una séptima vez." -Pregunté entonces: ¿Yo iré al cielo? -"Si irás" -¿Y Jacinta? -" también ira " -¿Y Francisco? -"También irá, pero tiene que rezar antes muchos rosarios. Entonces me acordé de dos amigas de mi hermana que habían muerto hacía poco. -¿Está María de las Nieves en el cielo? -"Sí, está" -¿y Amelia?, de 18 ó 20 años -"estará en el purgatorio hasta el fin del mundo". Y entonces nos dijo:-"Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que El quisiera enviaros como reparación de los pecados con que El es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?" -Sí queremos. -"Tendréis, pues, mucho que sufrir, pero la gracia de Dios os fortalecerá."
Diciendo esto la Virgen abrió sus manos por primera vez, comunicándonos una luz muy intensa que parecía fluir de sus manos y penetraba en lo más íntimo de nuestro pecho y de nuestros corazones, haciéndonos ver a nosotros mismos en Dios, con más claridad que como nos vemos en el mejor de los espejos.
Entonces, por un impulso interior que nos fue comunicado también, caímos de rodillas, repitiendo humildemente: -Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento. Después de pasados unos momentos Nuestra Señora agregó: -"Rezad el rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra". Acto seguido, comenzó a elevarse serenamente, mientras la luz que la circundaba parecía abrirle el camino... »"

13 Mayo 2012
VIRGEN DE FÁTIMA
LA VIRGEN de FÁTIMA en Portugal.
Cerca de Fátima se encuentra la aldea de Aljustrel, en donde nacieron los tres niños Lucía, Francisco y Jacinta los dos últimos eran hermanos y primos de la primera. Lucía era la menor de cinco hermanos y fue bautizada el 22 de marzo de 1907. Era la mayor de los tres videntes de la Virgen de Fátima y la que más directamente trató con la Virgen María. Abrazó la vida de religiosa carmelita contemplativa. Ha vivido en Coimbra. Francisco y Jacinta eran hermanos e hijos de Antonio do Santos y de Olimpia de Jesús. Francisco nació el 11 de junio de 1908 y Jacinta el 10 de marzo de 1910. Su trabajo consistía, especialmente, en cuidar unas ovejillas. Normalmente él veía a la Virgen pero no le hablaba ni la oía.
El 4 de abril de 1919, a los dos años de las celestes apariciones, volaba al cielo... Jacinta también era muy fina y agraciada. Desde muy pequeñita fue muy piadosa y sufría cuando le contaban los padecimientos de Jesús en su Pasión. Ella veía y oía pero normalmente no hablaba a la Virgen. El 20 de febrero de 1920, a sus diez añitos, volaba al cielo. A los tres el 13 de mayo de 1917, en medio de una tormenta y mientras cuidaban el rebaño, después de haber rezado el Santo Rosario, se les apareció la Virgen María vestida de blanco y les pidió que volvieran seis veces más y que el mes de octubre les revelaría quién era y lo que quería. Les anunció que tendrían que sufrir mucho, pero que no se desalentaran que Ella les ayudaría.
Les pidió que rezaran muchos rosarios. Las apariciones se repitieron el 13 de cada mes. En todas ellas sucedía algo parecido: Mientras rezaban el Santo Rosario, acompañados cada día de más seguidores que palpaban lo sobrenatural, se les aparecía aquella joven, resplandeciente de luz, vestida de blanco, con el rosario entre las manos y les invitaba a rezar con ella. Después les comunicaba algunas cosas que han llegado hasta nosotros donde se manifiesta el deseo ardiente de la Virgen de que seamos almas de oración y que procuremos hacer sacrificios para unirlos a la Pasión de su Hijo...
Eterna gratitud al Dr. HUBER BECH por esta valiosa aportación de Fe y profundo amor...¡Dios le bendiga!

Lunes 14 de Mayo del 2012: San Matías, apóstol. "Como el Padre me amó, yo también os he amado..."

Día litúrgico: Lunes 14 de Mayo del 2012: San Matías, apóstol
Texto del Evangelio (Jn 15,9-17):
" En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
»Os he dicho esto, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado. Este es el mandamiento mío: que os améis ...los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando. No os llamo ya siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llamado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.
»No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda. Lo que os mando es que os améis los unos a los otros»..."
MEDITACIÓN:
Hoy, la Iglesia recuerda el día en el que los Apóstoles escogieron a aquel discípulo de Jesús que tenía que substituir a Judas Iscariote. Como nos dice acertadamente san Juan Crisóstomo en una de sus homilías, a la hora de elegir personas que gozarán de una cierta responsabilidad se pueden dar ciertas rivalidades o discusiones. Por esto, san Pedro «se desentiende de la envidia que habría podido surgir», lo deja a la suerte, a la inspiración divina y evita así tal posibilidad. Continúa diciendo este Padre de la Iglesia: «Y es que las decisiones importantes muchas veces suelen engendrar disgustos».
En el Evangelio del día, el Señor habla a los Apóstoles acerca de la alegría que han de tener: «Que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea colmado» (Jn 15,11). En efecto, el cristiano, como Matías, vivirá feliz y con una serena alegría si asume los diversos acontecimientos de la vida desde la gracia de la filiación divina. De otro modo, acabaría dejándose llevar por falsos disgustos, por necias envidias o por prejuicios de cualquier tipo. La alegría y la paz son siempre frutos de la exuberancia de la entrega apostólica y de la lucha para llegar a ser santos. Es el resultado lógico y sobrenatural del amor a Dios y del espíritu de servicio al prójimo.
Romano Guardini escribía: «La fuente de la alegría se encuentra en lo más profundo del interior de la persona (...). Ahí reside Dios. Entonces, la alegría se dilata y nos hace luminosos. Y todo aquello que es bello es percibido con todo su resplandor». Cuando no estemos contentos hemos de saber rezar como santo Tomás Moro: «Dios mío, concédeme el sentido del humor para que saboree felicidad en la vida y pueda transmitirla a los otros». No olvidemos aquello que santa Teresa de Jesús también pedía: «Dios, líbrame de los santos con cara triste, ya que un santo triste es un triste santo»..."
Rev. D. Josep VALL i Mundó (Barcelona, España)

ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE FÁTIMA:

 
13 de Mayo, DIA DE NUESTRA SEÑORA: VIRGEN DE FÁTIMA:
ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE FÁTIMA:
Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.

Padre n...uestro, Avemaría y Gloria.

Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con Vos en la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria

Oh Madre mía, sé que escucharás, y me conseguirás estas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que tienes de tu Hijo Jesús. Amén.

¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tu mi Madre!
¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

Pequeños detalles..."Joyas de amor" Regalo de mi amado Jesús...

 Anoche, llovió y hoy en la mañana, ví que sobre las hojas habían unas gotas de rocío bellísimas... Me pareció como que si Dios, con ternura, había colocado sobre ellas pequeños diamantes en los cuales grababa "TE AMO"... No pude resistir la tentación de compartirlo y traté de tomarles fotos lo mejor posible... Cada gota parecía un milagro y definitivamente, que eso vino a ser para mí... ¡Qué bello amanecer cuando te espera el amor de Dios con el regalo de Sus detalles de amor y dulzura...!
Esto es El INENTENDIBLE AMOR DE JESÚS... Cuando más lo necesitas ÉL se muestra a través de pequeños detalles que muestran Su grandeza y Su gran amor...GRACIAS SEÑOR, por permitirme ver Tu rostro en cada gota de rocío, en cada cosa que endulza mi vida y la hace más felíz... ¡Yo también te amo...!